El sector médico a nivel global tiene un déficit de aproximadamente 17 millones de profesionales. Esta crisis de recursos humanos se agravará en un futuro. Entidades como la Organización Mundial de la Salud prevén que la brecha siga creciendo a la par que la población mundial envejece y las enfermedades crónicas aumentan.
Ante esta situación, una de las preguntas que la comunidad médica se realiza es si la Inteligencia Artificial podría ayudar a solucionar la crisis de capital humano en los servicios de salud.
Un documento publicado por The Medical Futurist Institute afirma que sí es posible e incluso sucede ya en algunas instituciones médicas. Por ejemplo, en junio de 2019, el Journal of the American Medical Association publicó un artículo donde se señala que la Escuela de Medicina de la Universidad de Virginia, en Estados Unidos, desarrolló una herramienta que analiza rápidamente miles de imágenes de biopsias de niños y puede distinguir entre una enteropatía ambiental o la enfermedad celiaca con más exactitud que médicos humanos,
Otro ejemplo aparece en el artículo publicado en marzo de 2019 por el Departamento de Investigación de la Universidad de Osaka en el que se habla del desarrollo de un algoritmo que puede diagnosticar muchas enfermedades neurológicas, incluyendo la epilepsia, al escanear resultados magnetoencefalográficos de pacientes enfermos y compararlos con decenas de miles de imágenes de pacientes sanos.
Tal como ya sucede en algunos campos, algoritmos inteligentes podrían ayudar a los profesionales de la salud a diseñar planes o encontrar los tratamientos más adecuados para cada paciente. También podrían realizar tareas que ocupan tiempo valioso de los profesionales de la salud, como organizar expedientes médicos, para que ellos puedan concentrarse en lo realmente importante.
Sin embargo, el uso de la Inteligencia Artificial no es un remedio mágico y, previo a implementarla, se deben revisar diversos temas; desde implicaciones éticas hasta cuestiones financieras y psicológicas.
Una de las cuestiones a debatir es el reto que tendrían las regiones más pobres del planeta para adoptar la Inteligencia Artificial. El costo de estas tecnologías puede ser demasiado elevado para muchos países, lo que los dejaría todavía más atrás en el desarrollo de sus sistemas de salud.
También está la cuestión de cómo determinar qué tareas debe tomar la Inteligencia Artificial y cuáles deben permanecer en las personas. ¿Cómo delimitamos qué labores son suficientemente “repetitivas”? ¿Dónde debe estar esa línea?
Y, ¿qué pasa en el caso de que la Inteligencia Artificial se equivoque de tratamiento o de diagnóstico? Sabemos que ninguna tecnología, por avanzada que sea, es infalible. ¿Quién asumiría la responsabilidad de un error así? Este tipo de decisiones podrían modificar la estructura de los seguros de gastos médicos y la forma de tomar decisiones y gestionar el capital humano en hospitales, por mencionar sólo algunas implicaciones.
Finalmente, la Inteligencia Artificial no podría nunca reemplazar el proceso completo de un tratamiento. La empatía, la confianza, la cercanía entre médico y paciente y el contacto humano son esenciales cuando hablamos del cuidado de la salud. El papel de los profesionales de la salud es irremplazable.
Por todo lo anterior podemos concluir que el camino para que la Inteligencia Artificial signifique una solución para la crisis de capital humano en los servicios de salud es todavía largo, más aún en México, donde antes de llegar a este punto sería necesario mejorar las condiciones básicas de trabajo para el profesional médico, desde el acondicionamiento de los espacios en hospitales hasta la disponibilidad de equipo médico suficiente.
Adicional a esto, la normatividad que nos rige en nuestro país no está preparada todavía para legislar los avances en Inteligencia Artificial. Por eso consideramos que parte de la responsabilidad de los profesionales de la salud es empujar el desarrollo ordenado, progresivo y factible, que tenga congruencia con las necesidades de México, asignando prioridades estratégicas. Primero debemos asegurar la mejora de los hospitales y garantizar el acceso a la atención médica antes de llegar a los sistemas de inteligencia artificial que puedan diagnosticar por sí solos.
Por lo pronto, es un hecho que los profesionales de la salud deben prepararse para este probable futuro, manteniendo al día su capacitación y estando siempre informados sobre los avances tecnológicos más disruptivos en el campo de la medicina. Para conocer sobre los más recientes descubrimientos médicos, se pueden visitar los siguientes sitios:
- Clinical Trials del U.S. National Library of Medicine
- Journal of the American Medical Association
- UK Medical Research Council
es, el documento de consentimiento informado debe ser una práctica cotidiana en el ejercicio público y privado de la medicina.
