¿Cómo va la lucha por la equidad laboral de las mujeres en México?
En México, 3.5 millones de mujeres asalariadas de 15 años y más han sufrido discriminación laboral sólo por ser mujeres.
Las formas de discriminación son diversas. De acuerdo con datos del Instituto Mexicano de las Mujeres (INMUJERES), de la población total de mujeres económicamente activas:
- 10.3% considera que ha tenido menores oportunidades de ascenso que un hombre
- 9.2% declara recibir menor salario que un hombre que hace el mismo trabajo o está en el mismo puesto
- 5.8% se han visto impedidas para realizar ciertas funciones porque están “reservadas para los hombres”
Estas son estadísticas alarmantes, con mayor razón considerando que en el artículo 4° de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos se encuentra consagrado el derecho a la igualdad de conformidad con la siguiente disposición:
“La mujer y el hombre son iguales ante la ley. Ésta protegerá la organización y el desarrollo de la familia.”
Además, la Constitución Política ampara el derecho al trabajo digno e igualitario en el artículo 123:
“Toda persona tiene derecho al trabajo digno y socialmente útil, al efecto se promoverán la creación de empleos y la organización social para el trabajo conforme a la ley…Las mujeres durante el embarazo no realizarán trabajos que exijan un esfuerzo considerable y signifiquen un peligro para su salud en relación con la gestación… Para trabajo igual debe corresponder salario igual, sin tener en cuenta sexo ni nacionalidad…”
La discriminación de las mujeres en el ámbito de la medicina
La participación de las mujeres en la medicina ha cambiado en las últimas 2 ó 3 décadas, pasando de una matriculación en las escuelas de medicina del 6% a más del 50%. Además, en 2019 se registró que, de los médicos activos a nivel mundial, el 44% son mujeres.
Estas cifras pueden dar una buena imagen sobre la inclusión de las mujeres en el mundo laboral, específicamente en torno a la medicina. Sin embargo, las mujeres se enfrentan ahora a diferentes problemas.
Como habíamos mencionado en boletines anteriores, hablando de la medicina en México, las mujeres tienen menor representación en investigaciones, publicaciones, trabajo editorial y congresos y los fondos asignados a investigaciones y son menos los proyectos médicos liderados por mujeres.
Por esto, los académicos expertos en el tema de discriminación en el ámbito médico coinciden en que hemos pasado de una discriminación abierta a una discriminación que se puede dividir en 3 grupos:
- El sesgo silencioso
Si bien hay más oportunidades educativas y laborales para las mujeres en la medicina, frecuentemente ellas no son los elegibles para jefaturas o puestos directivos. Esto porque las mujeres naturalmente buscan un balance entre la vida profesional y la personal, situación que se refuerza por la sociedad. Es frecuente que, a pesar de tener un trabajo de tiempo completo, las mujeres se vean orilladas a cubrir sus labores domésticas y familiares, situación que no se le exige de la misma forma a los hombres, ya que pueden invertir mucho más tiempo, o el total de su tiempo, en su carrera profesional.
- La ilusión de la elección de especialidades médicas
Nace del hecho de que, históricamente, hay especialidades que las mujeres han elegido con más frecuencia. Esto genera un sesgo en las médicas, consciente o inconsciente, al momento en que seleccionan especialidad, ya que temen acoso, discriminación o alguna otra actitud poco empática de este tipo.
Por otro lado, este sesgo se ve también en las autoridades que evalúan a los aspirantes en una sede hospitalaria. Se ha visto que al momento que al momento de evaluar las candidaturas a especialidades tradicionalmente masculinizadas, se privilegian las de los hombres por encima de las de las mujeres, más allá de las capacidades demostradas.
- El techo de cristal
Relacionada con el Sesgo silencioso, se ha visto que los puestos directivos son continuamente confiados a hombres, no por las aptitudes que estos tengan, sino porque así funciona el sistema. Esto provoca qué muchas médicas dejen de aplicar para estos puestos y trunquen sus carreras profesionales porque consideran que estas aspiraciones son inútiles.
Prueba de esto es que sólo hemos tenido una secretaria de Salud y tuvieron que pasar 155 años para que la Academia Nacional de Medicina de México fuera presidida por una mujer.
Entidades y programas que salvaguardan el trabajo igualitario
En virtud de la existencia de los artículos constitucionales que amparan el trabajo igualitario y la equidad, se han creado disposiciones a fin de que se cuide, se salvaguarde y se respete el cumplimiento de dicho derecho. Un ejemplo de esto es la Ley General para la Igualdad entre Mujeres y Hombres, publicada el 02 de agosto de 2006.
Esta ley tiene por objeto regular y garantizar la igualdad de oportunidades y de trato entre mujeres y hombres. Además, propone los lineamientos y mecanismos institucionales que orientan a la Nación hacia el cumplimiento de la igualdad sustantiva en los ámbitos público y privado, promoviendo el empoderamiento de las mujeres y la lucha contra toda discriminación basada en el sexo.
Existe también el Programa Nacional para la Igualdad entre Mujeres y Hombres (Pro igualdad) 2020-2024, publicado en el Diario Oficial de la Federación el día 22 de Diciembre de 2020. Este programa se elaboró con los aportes de más de 4,000 mujeres provenientes de diversos sectores de la sociedad y de las 32 entidades federativas, recogidos mediante una consulta nacional realizada entre julio y septiembre de 2019. Su objetivo es tener una visión transformadora capaz de responder a las demandas ciudadanas de las mujeres y garantizar su bienestar, cerrando las brechas históricas de desigualdad conforme a los más altos estándares nacionales e internacionales de derechos humanos de las mujeres.
El Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), es otra importante entidad trabajando por la igualdad de género en México. Se trata de una oficina federal que combate la violencia y la discriminación hacia la mujer fomentando la igualdad entre hombres y mujeres y buscando que se garantice el respeto a los derechos de las mujeres y su participación equitativa en la vida política, cultural, económica y social del país.
Con todo este trabajo detrás, y pese a que la ley prohíbe explícitamente la discriminación laboral por razones de género y por factores como el embarazo, este fenómeno sigue presente en el país.
El estudio La discriminación en el empleo en México (2017) de Estefanía Vela, editado por el Instituto Belisario Domínguez del Senado de la República y el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (CONAPRED), presenta un análisis de las brechas y exclusiones laborales que viven grupos que históricamente han sido discriminados: mujeres, personas con discapacidad, personas LGBT, comunidades indígenas y afro descendientes, así como personas con tono de piel oscuro.
Este documento manifiesta que la discriminación laboral contra las mujeres persiste y es común que se exija a las aspirantes a un puesto un certificado de no gravidez para ocupar una plaza laboral. Los porcentajes más altos de discriminación laboral de mujeres por embarazo se han documentado en Chihuahua (28.8%), Coahuila (21.5%) y Baja California (26.0%).
Los derechos de las mujeres en el ámbito laboral
Estos son algunos de los derechos que tienen las trabajadoras en México:
- Igualdad en el trabajo
La igualdad en el trabajo o igualdad laboral debe entenderse como la práctica de las mismas condiciones de trabajo para hombres y mujeres sin importar el sexo, el estado civil, su origen étnico o raza, la clase social, la religión o su ideología política.
- Igualdad de oportunidades
Igualdad de oportunidades, significa que sin tomar en cuenta sexo, edad, estado civil, gestación o las responsabilidades familiares, las mujeres trabajadoras tienen derecho a:
- Solicitar un trabajo
- A ser capacitadas y adiestradas.
- Participar en las comisiones mixtas que establezcan las leyes.
- Sindicalizarse y ocupar puestos directivos.
- Ser promovida y ascendida dentro del lugar donde presta su servicio.
- Gozar de todas las prestaciones de seguridad social.
- Recibir apoyo para atención de sus hijos menores en guarderías, por ejemplo.
- A ejercer en las mismas condiciones que los hombres, todos los derechos que marca la ley.
- Igualdad de trato
La igualdad de trato significa que tanto las mujeres como los hombres, tienen derecho a trabajar en las mismas condiciones, sin importar su clase social, edad, estado civil, número de hijos u otros motivos.
La igualdad de trato significa respetar la dignidad de la persona.
- Igualdad de pago
El derecho de la igualdad de pago significa remunerar con la misma cantidad a los trabajadores y a las trabajadoras cuando desempeñan trabajos similares, bajo las mismas condiciones, laborando el mismo número de horas y produciendo la misma cantidad y calidad de trabajo.
El derecho a igual remuneración incluye prestaciones e igualdad de trato con respecto a un trabajo de igual valor y con respecto a la evaluación de la calidad del trabajo.
Dado que las mujeres representan la mayor parte de la población en México y que son mujeres quienes encabezan 3 de cada 10 hogares en nuestro país, es indispensable que las autoridades y la población se involucren en fomentar su óptimo desarrollo laboral.
El gobierno y diversas entidades trabajan ya en diseñar y ejecutar acciones que garanticen la inclusión de las mujeres en el ámbito laboral. Sin embargo, es deber de la sociedad empujar y vigilar su cumplimiento para garantizar el trato justo y equitativo de las mujeres trabajadoras.
A este respecto, Conapred ha puesto a disposición del público los teléfonos 800-543-0033 o en el Valle de México al 52-62-14-90, o al correo quejas@conapred.org.mx para denunciar cualquier acto de discriminación laboral.